En el 2013 se registraron 17.7 millones de fumadores en México, quienes consumieron en promedio 9.3 cigarrillos diarios.
Alguna vez se han preguntado: ¿qué pasa con las millones de colillas que son desechadas diariamente en nuestro país?
Las colillas de cigarro están compuestas por acetato de celulosa, un tipo de plástico que puede llegar a tardar entre 18 meses a 10 años en degradarse. La función principal de una colilla es la de filtrar o absorber la mayor cantidad de contaminantes producidos por la combustión del tabaco y así evitar que estos pasen directamente a los pulmones del fumador. Por tal motivo, es común encontrar en ellas residuos de cadmio, arsénico, tolueno, nicotina, alquitrán, entre otros; todos ellos químicos tóxicos que contaminan al medio ambiente cuando la colilla es desechada irresponsáblemente. En algunas ocasiones, las colillas son desechadas de forma responsable en ceniceros ubicados en casa, automóviles, restaurantes o centros comerciales. Desafortunadamente, con la implementación de la ley que prohíbe el consumo de cigarro en lugares cerrados, es cada vez más común observar a los fumadores echarse un cigarrito al aire libre, desechándolo en áreas públicas —inclusive aún encendido—, elevando con ello la contaminación del aire y riesgo de incendio.
Los químicos tóxicos absorbidos por las colillas de cigarros que son tiradas en nuestras calles, aceras, macetas, jardineras o playas se liberan al entrar en contacto con la tierra o el agua (a través de la lluvia, ríos, lagos o mares), contaminando la flora y fauna de nuestro medio ambiente. ¿Sabías qué, al contacto con el agua, las sustancias contenidas en una colilla pueden llegar a contaminar hasta 50 litros? Es evidente una falta de civilidad en el tema de los desechos del cigarro, ya que a falta de cenicero, los fumadores suelen tirar la ceniza y la colilla al piso sin remordimiento alguno.
Si bien el desperdicio del cigarro pudiera considerarse insignificante por su tamaño, si hacemos cuentas las cifras son graves: en México son desechadas 164.6 millones de colillas diariamente.
Es importante que los fumadores tomen mayor conciencia de sus hábitos y coloquen las colillas en contenedores diseñados especialmente para ellas, evitando de esta manera que los contaminantes absorbidos se propaguen en la tierra y/o agua y no dañen nuestro medio ambiente. Apagar el cigarrillo no los exime de continuar contaminando el medio ambiente.
La solución a este tipo de contaminación ambiental está en sus manos.
Gracias por leernos.
Texto: Roberto Alejo
Ilustraciones: Bruno Rivera Catacora